te llamaban anoréxica cuando veían tus costillas sobresalientes, tu fémur largo, los ojos grandes con ojeras. la subterránea, la fea, la que nadie perseguía para el baile en la correctísima fiesta de los evangelistas. la que pedaleaba desde la avenida arequipa hasta el santuario de rosa, la amadora de los rechazados. e imaginabas la levitación de la santa y soñabas con el trópico de capricornio frente al pozo donde la gente echaba sus cartas pidiendo por sus deseos, desde los más oscuros hasta los más claros: requiém de la celestial ofrenda, sónica átona.
la uterina muchacha modelada en las insomnes noches con poemas primitivos sobre la ciudad, el cuerpo y la muerte: esa eras tú sin amante a tus catorce.
7 comments:
Todos nos hemos sentido así alguna vez, como la niña rechazada que no tiene con quien ir al baile. Me gusó. Seguiré leyendo. Saludos.
Hola.
Los subterráneos a los 14...
:)
Salute.
Era un presentimiento de vocación de anarca...
Hasta los 16 años más o menos yo sufría unos ataques espantosos de asma, a tal punto que de niño apenas e iba a la escuela dos o tres días a la semana. Lo curioso, lo raro, es que me dio por estudiar por mi cuenta, en los pocos ratos que la enfermedad me dejaba. Por lo mismo, tenía muy buenas calificaciones, pero hasta la fecha no me encanta la vida escolar o académica. Son lejanías semiparadójicas que laberintan el carácter, pero sin extraviarlo. Y seguido me daba por pelearme a golpes con los bravucones, aunque casi siempre perdiera, como por conciliarse con un cuerpo/territorio enemigo...
Supongo que todo es igual ahora, pero más (s)útil.
Mucha suerte a A, esa viñeta que nos has compartido es oro puro.
Yo, a los quince, creo.
:)
Hamlet, es como si imaginase a otro niño que fuiste, ¿tú bravucón?
:)
lo laberíntico, el no extraviar el carácter, el quedarse de una pieza y actuar con todo lo que puedas para confrontar algo, una situación, un pase, un acto, en fin...
Grax por A. Le envío tu impresión.
Deux, ¿oro puro?
*
Azrael, tú chiquito y delgado a los 15
:)
Querida Rain:
Vengo de sumergirme un rato en tus textos, que siempre me despiertan nuevas sensaciones y me sorprenden. Este de la muchacha me gusta especialmente, y no sabría decir porqué... tal vez define demasiando certeramente la adolescencia, de un modo que no es el usual.
Un beso fuerte!
Abraxo Pies diminutos. Que llegues a z q me alegra. Natural reacción. Eso suscita que asomes y comentes.
Vuelve, eh. Te aguardo.
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