Un signo.
Ese muchacho no llega a los 30, míralo, usa el terno como si fuera un modelo de pasarela. Tiene un corte de pelo precioso: hacia el lado de su lóbulo derecho, sobresale discretamente una colita. Así es, aquella colita no va al medio como usualmente se ve por la ciudad. Cuando le vi, pensé: una muestra del estilo. Si no caminara como camina ni hablara como habla, la colita no importaría mucho. Incluso llegaría a ser extraña.
El estilo.
3 comments:
Te cuento un recuerdo de infancia marcado. Una señora que llevaba un vestido de muselina estuvo en mi casa cuando yo tenía seis años. Se movía como una bailarina. Su voz era melodiosa sin ser dulce ni aguda. Desde entonces asocio la elegancia a su esencia.
¿Ese muchacho te recuerda a alguien?
Seguido evoco ese post en Puerto Asterix de hace tiempo ya donde llama tu atención una mujer con un garbo tan humilde como exuberante, se presiente una fijación por las manifestaciones del estilo en los momentos más aleatorios, en las deltas de la experiencia... aunque también puede ser una proyección mía porque los blogs que destacan instantes son mis favoritos [ justo como el tuyo ;) ]. Tan pocas palabras para decir tanto.
El estilo debe ser ese significado agudo y evidente que dice "sólo yo", aún sin palabras.
Y la viñeta a la que me refería era esa que comentas en el Twitter de A trascribiendo el encuentro a un oponente con la mano herida.
Ojalá todo vaya bien...
Sus comentarios animan esta zona en el sentido direccional:
direcciones alternadas. proceso, desarrollo,llega otra idea.
No es mi costumbre enviar besos :)
mas ea, envío dos múacs y la noche...
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