Es la soledad, pensé: con su garra o su seducción anulando el equilibrio. Cuando amanece creo ver su cara lavada y el equilibrio se convierte en una cuerda templada. El fugaz equilibrio.
Son tiempos tan duros, las pompas de jabón flotan en el baño, Tom Waits canta Alice y hay restos de helados, mate frío, un dvd' nuevo sobre la mesa con la cara de David Lynch en la portada. Hace frío súbitamente y el cuerpo me duele.
Tantas palabras hermosas chocan y atraen a los desamparados. Las encuentro aquí y allá, con brillantez, y no me dicen nada, solamente resuenan como música dulce.
Yo te quiero Fonollosa, y no te conozco.
También soy una desamparada, y no quiero que me digan que soy linda. Como tú, quisiera que la vida tuviera fogonazos y rotura de cadenas, un escéptico amor y travesías lejos de las novelas históricas, de la metafísica persistente y los besos escritos con la profusión de los filigranas.
No piensen que todo es demagogia del que inventa declaraciones falsas, como de aquel que dice detestar los paseos en bicicleta o algo impactante, siempre eso.
El recurso antimanido, la contrarespuesta, la fallida mentira.
Es verdad: súbitamente los hemisferios del cerebro están en colapso, y algún fantasma asoma entre el monitor y el sillón rojo.
Salto. Estoy en la zona. Estás en la zona, no hay duendes ni monjas, cárceles ni templos. Hay cuerpos, espejos ocultos, laberintos, gritos de amantes que copulan, risas infantiles, ruidos de pisadas, granadas del siglo pasado, furgonetas del año 2011, hay monjes budistas, montañas rusas, escaleras mecánicas, torres de marfil, bibliotecas enormes, música delirante, ritmo ritmo atemporal.
Súbitamente mi amor es una coraza indestructible y sólo sé que eso es el sentido de la vida.
*
¡Todo lo que el mundo necesita es amor! gritaba el predicador.
Alistabas tus jeans gastados, el polo negro, absolutamente negro, el sexo abierto, la mirada cómplice.
Érase un día lluvioso en Brooklyn y te morías tan solo, después de haber escrito como un dios solitario y te desconocíamos, nosotros, los que apenas sabíamos amar.
Son tiempos tan duros, las pompas de jabón flotan en el baño, Tom Waits canta Alice y hay restos de helados, mate frío, un dvd' nuevo sobre la mesa con la cara de David Lynch en la portada. Hace frío súbitamente y el cuerpo me duele.
Tantas palabras hermosas chocan y atraen a los desamparados. Las encuentro aquí y allá, con brillantez, y no me dicen nada, solamente resuenan como música dulce.
Yo te quiero Fonollosa, y no te conozco.
También soy una desamparada, y no quiero que me digan que soy linda. Como tú, quisiera que la vida tuviera fogonazos y rotura de cadenas, un escéptico amor y travesías lejos de las novelas históricas, de la metafísica persistente y los besos escritos con la profusión de los filigranas.
No piensen que todo es demagogia del que inventa declaraciones falsas, como de aquel que dice detestar los paseos en bicicleta o algo impactante, siempre eso.
El recurso antimanido, la contrarespuesta, la fallida mentira.
Es verdad: súbitamente los hemisferios del cerebro están en colapso, y algún fantasma asoma entre el monitor y el sillón rojo.
Salto. Estoy en la zona. Estás en la zona, no hay duendes ni monjas, cárceles ni templos. Hay cuerpos, espejos ocultos, laberintos, gritos de amantes que copulan, risas infantiles, ruidos de pisadas, granadas del siglo pasado, furgonetas del año 2011, hay monjes budistas, montañas rusas, escaleras mecánicas, torres de marfil, bibliotecas enormes, música delirante, ritmo ritmo atemporal.
Súbitamente mi amor es una coraza indestructible y sólo sé que eso es el sentido de la vida.
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¡Todo lo que el mundo necesita es amor! gritaba el predicador.
Alistabas tus jeans gastados, el polo negro, absolutamente negro, el sexo abierto, la mirada cómplice.
Érase un día lluvioso en Brooklyn y te morías tan solo, después de haber escrito como un dios solitario y te desconocíamos, nosotros, los que apenas sabíamos amar.
18 comments:
Yo quiero a Tom Waits, pero sé cómo es su rostro. Me gustaría querer una mente.
Los recursos de la imaginación son muy vastos. Un día, la desolación llega a un punto demasiado alto y si imaginas, te proteges. Súbitamente la vida cambia. Nos quitan muchas cosas y nos quedamos con algunas esenciales. Seguimos imaginando.
¿Has visto los cortos de Lynch? No me dejan dormir.
Én este mundo de blogs, se quieren a las mentes...
*
Tzarel, lo que dices, me resulta rotundo, precisamente ahora.
*
Azrael, me falta ver esos cortos. Los veria ahora mismo.
Mira el de La abuela. Nadie como Lynch para trastocar la cotidianidad en una maraña de la que para salir, tienes que acostarte y dormir. Se puede dormir, cuesta, pero se puede
=)
A la soledad no le preocupa la rotundidad. Pero teme, con una histeria descomunal, el estallido de la imaginación.
Al hombre no le preocupa la rotundidad. Pero teme, con una histeria descomunal, el estallido de la soledad.
Y no hablaré de ti, v, porque necesitaría tomar un jarabe distinto. El texto avasalla. Y lo imaginado cuelga de una soga en la habitación. ¿Y sabes qué es lo peor?: que me tomaré mi tiempo, contemplánolo, antes de ir a descolgarlo.
[Abrazo]
Ps: genialmente absurdo lo tuyo
parecía cuando me despierto solo y borracho. duele estar despierto, duele tanto. mirar alrededor lascera el cuerpo.
cierro los ojos y otra vez me duermo.
despierto en la zona. bailo en la lluvia.
Tzarel, lo haré. Si no fiera porque ando con los horarios locos.
:)
Ah, veamos si me quita el sueño: lo dudo. Tendría que ser algo tremendo...
*
Espejo, esos traslados de palabras siempre me han interesado. Precisamente venía de constatar una confusión mía al leer una varaiación en el blog de Edgar Quinet y ya no digo más... sufuciente tengo con el sonrojo, por lo mío, digo...
Acerca de lo suyo,
me doy cuenta de que aborda las lecturas hasta el fondo, es decir que es como remover las palabras, salir de la superficie y darles un diecciòn transversal , por ejemplo.
Su abrazo entre corchetes me anima a emularlo :)
entreparéntesis
(abraxo)
:)
*
Faxx:
si baila en la lluvia, sin duda es esa una imagen extraña que por nada me perdería ver.
Rain que duro y descarnado Fonollosa, me recuerda Bukowski, en algunos de sus poemas deja la angustia y se vuelve cínico. Sé que es un tópico pero me remueve por dentro este:
Debía haber vivido diariamente.
Vivir no más allá de cada día.
Plenamente vivir todos los días
pensando en cada día que se vive.
No en el vivir de ayer, mañana...El día
solo de la existencia cotidiana.
El día que se vive diariamente.
Ese día que nunca yo he vivido.
Un abrazo
Alistar un jean.
Tomo nota.
Se()o abierto debería tener otra grafía.
Mi querida funámbula,
sí, creo que se aproximan, sólo que encuentro a Fonollosa con un humor filoso que aprecio, y una mirada que a la ternura no ha desechado, siendo que la trata furtivamente.
Bukowski se hacía pedazos en vida y escribía...
el cinismo del que hablas, lo hallo matizado, canalizado, como pasado por un filtro...
abraxo.
*
Silvio, acerca de que otra grafia sería necesaria. Sí, otras...
grax por eso.
Los jeans como objetos fetiche, son tan funcionales y simbólicos...
:)
Rain, voy leyendo a Fonollosa, muy interesante. Gracias por el descubrimiento.
Estos versos suyos me recuerdan aquello del carnívoro cuchillo, de Miguel Hernández:
Un delgado cuchillo entra en la carne
sin despertar la piel. Como entra el frío.
Y sabe hallar la vida allí escondida
con rápido sigilo. Sin esfuerzo.
La voz de Tom Waits es un buen bálsamo homologado para heridas crónicas. Sí.
Fuertes declaraciones, geodesica y visceras. Zarpo contigo en tu nueva aventura, querida Virginia, todos a nunca jamaz!!.(lease con alegria y una cerrada de ojos)
El sentido de la vida, casi nada. Uno lo tiene hasta que lo pierde. Entonces sabe lo que es, lo que era. El mundo se para. Un tiempo eterno, vacío. Otro día, después, mucho tiempo después lo recupera. El sentido de la vida
Sí, música dulce, también inquietante, poco a poco vamos estrechando el círuclo y esas palabras van sonándonos cada vez más cercanas y conocidas en su chocar.
Algún día Tom Waits será como el polvo de las estrellas. "Alice" es una canción arrebatadora.
Nicho, yo a mivez descibrí hace poco a José María Fonollosa, gracias al blog de Edgar Quinet.
Su lenguaje directo no admite mediaciones: esa es u pureza/impureza.
Gracias por esas líneas de Hernández.
*
Pedro, cuando el sentido de la vida se va, escuchar a Tom Waits, por ejemplo, me lo recuerda. No sé si te ha pasado.
Y de pronto el sentido de la vida se vuelve abstracto, y ya no es tan terrible, que lo físico esté en otro plano y que formando parte de lo abastracto como referente, sea un apunte, una iluminación en el aire.
Sí, el sentido de la vida.
Salute.
*
F, cerré los ojos.
Llegaste vitalista. Grax por este comentario, cual preciada nota de página.
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Alguien...:
La música dulce me aleja.
Las percepciones son distintas. Quizás aquel choque del que hablas no sea el que se origina en estas aproximaciones. Y es que el círculo se cierra...
Cuando canta Tom Waits, la dulzura no lo es todo, es una parte y así la canción y la voz de TW se unen y sale lo hermoso.
salute.
*
Billywild: lo es.
Es muy grato que te detengas en la zona y te expreses. Salute.
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