No depende de nada ni de nadie

Que los niños se vuelvan feos y amansen sus contrastes

arsénico en las gargantas de los suicidas que ayer fueron pequeñas criaturas

podrido el amor y la flor del sexo cerrada para la puraimpura alegría

si fuiste un niño que soñó con minotauros y ángeles rebeldes quizás tienes una oportunidad

con la pinta mortal del salvaje que tiene el corazón como una ciudad liberada

Que la mujer celosa tejiendo historias violentas en su regazo y sus dedos

haya sido una niña feliz cuando ascendía por las colinas de una tierra soleada

con juguetes extraños y familia errante

sea el epígono de un relato de horror en su cantera

elegíaca mercenaria reuniendo señales de su destino

acerca el zumo de las violencias a todo lo que no ves ahora

Resonancia de canciones negras negras

como en un choque sangriento sin misericordia

qué lejos todo eso de tu prístina condición

forasteros en la poética cruzada con la ferocidad de un leopardo cautivo

Solaz de las demencias en sinfonía

qué te importa caer y caer sobre la nada

con el cerebro atravesado por spirales/la destrucción y su karma

flash flash y maldiciones en tu tiempo

que no es el mío ni el de ellos cual desmoronamiento final y somos fugitivos

nadie lo sabe nadie lo escribe si no es en una fanfarria

pesada la cosa en su materia rota

y allá los niños del mundo tan solos haciéndose cada vez más feos

y todos levantan su copa por la belleza que es horrible

como un espejismo que es la sombra de un monstruo

y afuera nadie viene por ti a consolarte

que pasen los ángeles que no son ángeles a cantarte sus desgarros

Una víbora revienta en la noche cuando nadie salva a los solitarios niños

Que nadie te vea transformado en servil pasajero

el viaje se torna largo y quieren quitarnos la última belleza