Habían medusas cerca del living en un acuario, esporas, diamantinas piedras y peces dorados. Yo miraba todo girando en esa escena coloreada donde no había nadie. Una libélula entró por la ventana y me entusiasmé con el zumbido, y salté sobre los sillones, llegando al borde del ventanal, cerca del ansioso insecto, percibiendo con todos mis sentidos su vuelo alborotado.
Yo era un gato y amaba los peces. No me los quería comer. Con mi patas abría las ventanas y saltaba por los tejados. Las casas eran naves hechas de chocolate que no se derretían, con puertas y ventanas de batido blanco y verde limón. Quizás alguien afuera lloraba y una guerra estallaba en un punto lejano del planeta. Yo era un gato y olía las confabulaciones y el amor felino con rostro humano.
Debussy era mi banda sonora para darme vueltas.
Salté de los tejados y volví por el camino mojado de lluvia veraniega entre destellos provocados por las luces de los letreros luminosos. Yo era el gato que volvía a su casa a ver medusas y peces, cortinas rojas, adornos de coral y cuadros abstractos hasta que el encuadre se difuminó lentamente y volví a ser esta mujer que te mira largamente cuando duermes.
Para A.
5 comments:
No tengo palabras, la idea es tan original que dan ganas de proponerte un librito breve y majo al respecto, pero ¿aceptarías?
Entre este post y un email que acabo de leer (tú sabes cuál), ambos hicieron mi día...
Hamlet, ¿para niños? ¿con dibujos?
¡amaría hacerlo!
*
Cómo me anima que siempre estés por aquí.
Oh sí, para niños e ilustrado, absolutamente, sería el cuarto que haría... incluso ayer tanteé un poco la idea con algunas ilustradoras. Sería con un presupuesto moderado (o sea, no sería en color, ay... y un tiraje más bien moderado), pero el concepto es muy interesante.
Pues... es cosa de organizarnos, ¿nos organizamos? Por favor avísame por email.
De veras este texto merece ser llevado al papel con ilustraciones a color. De lo contrario se perderá, porque a los niños no les puedes dar en blanco y negro un cuento. El efecto sería pobre.
El amigable gesto de Hamletmaschine demuestra cómo se forman cadenas de blogs afines mediante sus blogueadores. Es muy interesante esta experiencia virtual.
Luego me da la impresión bastante clara, que suscitas una gran envidia. Eso se veía venir desde el puerto. Aquí estás como soltando anclas en el lenguaje y se nota que estás en una transición en la que encuentro unos textos que te van definiendo.
Lo de los intencionados spams no vale la pena. Alguien que tiene dos dedos de frente se da cuenta que te quieren fastidiar. Pero nada, no vale la pena .
Tienes un blog hermoso.
Me gusta este texto. Lo voy a soñar.
Deckard, gracias. Especialmente, gracias. Por eso no cerraré la ventana de comentarios para los que no tienen blog, porque me perdería comentarios como el tuyo.
Acerca de los trolls/spams, es ese digamos, el punto que te hace recordar que en este cybermundo, tampoco toda la gente es interesante. No sé, yo pienso que hay trolls interesantes que pueden plantearte debates o aportar, discrepar con argumentos a los que uno puede a su vez contestar o que te pueden llamar la atención sobre algo que escribiste erradamente o qué sé yo, que es una cacofonía, tal vez.
Los troll con mala sangre, son de diferente catadura... No me provoca escribir sobre ellos.
El cuento. Un ofrecimiento como el de Hamlet es de por sí una alegría.
:)
Grax y hasta pronto.
Deckard es uno de los nombres /apelidos más queridos
en el imaginario cinematográfico.
Deckard en esa escena mirando al replicante que va a morir, hablando sobre la lluvia/las lágrimas...
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