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09/07/2007

Escenas con ruidos

Un draaaaaamm sale del cerebro cuando la alegría es salvaje.


Carezco de corales y piedras preciosas. Los corales se me rompieron cuando un nene me los jalonéo en el bus. Cayeron entre las piernas de un hombre que se rió estrepitosamente. Uno de esos tipos que te miran justamente en los senos (digo si los tienes) y no te quita los ojos fijos fijos. Ves un sapo con piernas, un sapo que no es sapo si no hombre y te repliegas. Que los corales se hayan roto, es lo de menos. El nene te toca con sus manitas y ya no importa que el hombre sapo te siga mirando. La mamá del niño se disculpa y le sonríes.

De pronto estoy lejos por el efecto vuelo en el bus que sucede cuando aparecen hombres sapos, perrunas fricciones de los pasajeros, o porque las pilas se me acabaron y la banda sonora en los oídos se queda en nada, o en el sonido de la voz lacrimosa en baladita azulita azuloide.
No me quieras nunca de esa manera pienso y recuerdo un relato de South sobre un hombre enamorado de una chica, de su coño, de su emanación sibarita under. Mas ni tanto, porque la chica era en realidad una burguesita asustadiza y el relato acaba como en una historieta turbulenta.

Oiga usted fabulador de las buenas costumbres, tampoco le quiero. A usted ni al hombre sapo, ni al de las intrigas matizadas con paráfrasis desordenadas. Oh, qué cielo negado, con el paisaje sucio y repintado de graffitis fallidos. Alguien avista la cromatizada escena liberada de nostalgias y allí me apunto, escapando. Ya sabes, si no escapo, la vida es una cárcel sin espejismos. Mérde, gritaría el poeta de las iluminaciones. Mérde en frances, con mucho ruido de ciudad en el atardecer nublado y has pensado que amas ese idioma desde que viste las películas de Godard en la Filmoteca cuando eran los tiempos de la guerra.

Adiós chiquilla flaca. Prefiero ser niña en el cuerpo de una mujer extraviada.
¿Y tú, me obsequias unos corales?

4 comments:

Anonymous said...

Yo sí. Fue lo que pensé en la primer línea del post.

Rain en ZQ. said...

Pues aquí están, sobre el escritorio: ¿cómo hiciste Puck para enviarlas sónicamente?


*

Eh, está bien, guárdate el secreto y gracias: son unos corales lindos.
(Digo, si la vida virtual tiene su imaginario...)

tzarel said...

El cuento de Southmac es afiebrado, con ese personaje, un frustrado sexual, como tantos reprimidos que pululan casi tirándose encima de las mujeres, en Lima como en Santiago, Nueva York o Nueva Delhi. Claro que en la India y en Nueva York el contacto visual es más raro. O sino recuerda a Travis, el de Taxi Driver cortejando a la rubia en el cine porno. Estaba tan fuera de foco, el personaje del Scorsese joven.

Corales. Gente atenta no falta.
=)

Rain en ZQ. said...

Delirante, sí.

Si tienen la paciencia de acordarse de este espacio :)
sí, hay seres atentos.