cuando supe que me había autorobado el pastel de mis sueños, no lloré si no pinté un pay de limón en una hoja amarilla. no más besos en la mejilla ni Wilde haciendo abdominales al lado del balcón colonial. Wilde con sus citas sonriéndole a todo su séquito adorador en las páginas virtuales y en las bibliotecas modernas de los nenes elegantes.
cuando supe que la gótica del deseo era un grito atravesado en la garganta, acallado por pinturas de Pollock vistas a cierta distancia, ruidos de abrazos en la útima fila de butacas, en ese cinema underground, y choque de blindados que salen de un banco en esa calle solitaria que transito a diario, oh, sí cuando supe que él juega con las poéticas del cuerpo y la ciudad y se agazapa en signos opacos, me sentí perdida y cogí a la desesperación por el lado negro negro, como sé me es posible sostenerla. como en las largas paradas en la estación del metro con mi lapicero en el bolso, solito entre la hoja marcada del cuaderno y unas canicas tornasoleadas. todo tan abstracto y amorous.
me gustaba soplar velas y recibir abrazos, el happy birthay tu yu en las noches primaverales. y ver alguna galaxia flotando en medio de la algarabía. el pastel partido con crema amarilla y puntitos de batido helado, chocolate apenas y una decoración fascinante de pastel naif. la simbología de la delicia existencial y nada más.
hasta que las luces se apagaron y me corté un pie corriendo entre perversos vigilantes. y no era manía persecutoria. eran las sombras de mis sombras y me armé de valor, giré y las toqué en un impulso de maga frustrada. plaaf, la magia era un fogonazo perdido, una manivela rota, un viento caliente.
cuando supe que los pasteles eran pedazos aromáticos envueltos en papel platinado que nadie traía más a casa, abandoné las predicciones solares, la observación nocturna de los gatos, la amistad con seres rutinarios. huí de los enamorados crónicos y de las casonas demasiado viejas.
me envolví de sonidos desconocidos y le hice un listón muy lindo a la luna lunera por distracción y gozo, el resto de un presagio luceferino, una oda experimental a los días innombrables.
cuando supe que la gótica del deseo era un grito atravesado en la garganta, acallado por pinturas de Pollock vistas a cierta distancia, ruidos de abrazos en la útima fila de butacas, en ese cinema underground, y choque de blindados que salen de un banco en esa calle solitaria que transito a diario, oh, sí cuando supe que él juega con las poéticas del cuerpo y la ciudad y se agazapa en signos opacos, me sentí perdida y cogí a la desesperación por el lado negro negro, como sé me es posible sostenerla. como en las largas paradas en la estación del metro con mi lapicero en el bolso, solito entre la hoja marcada del cuaderno y unas canicas tornasoleadas. todo tan abstracto y amorous.
me gustaba soplar velas y recibir abrazos, el happy birthay tu yu en las noches primaverales. y ver alguna galaxia flotando en medio de la algarabía. el pastel partido con crema amarilla y puntitos de batido helado, chocolate apenas y una decoración fascinante de pastel naif. la simbología de la delicia existencial y nada más.
hasta que las luces se apagaron y me corté un pie corriendo entre perversos vigilantes. y no era manía persecutoria. eran las sombras de mis sombras y me armé de valor, giré y las toqué en un impulso de maga frustrada. plaaf, la magia era un fogonazo perdido, una manivela rota, un viento caliente.
cuando supe que los pasteles eran pedazos aromáticos envueltos en papel platinado que nadie traía más a casa, abandoné las predicciones solares, la observación nocturna de los gatos, la amistad con seres rutinarios. huí de los enamorados crónicos y de las casonas demasiado viejas.
me envolví de sonidos desconocidos y le hice un listón muy lindo a la luna lunera por distracción y gozo, el resto de un presagio luceferino, una oda experimental a los días innombrables.
6 comments:
Decía:
Te refieres a los que se hacen los enamorados aguzando la seducción por la veta complaciente. La preciosidad, el interés que subyace por eso que J decía interesarle sobretodo, ¿recuerdas?
es lo genérico, y está la libidinosa red, el animal inoperante y toda esa gran mierda disfrazada de finura o agresividad
sensual. Lo de siempre.
Lo bello parece haberse extraviado, pero es sólo una impresiòn. Hay belleza en las verdades y los cuerpos, a pesar de todo.
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La pp está a resguardo
=)
Te apostaría algo plateado.
Es que a esta apuesta la prefiero a la voladera de bexs :)
oh, bueno, ya sabes que no me hago querer
(es hora de soñar si se puede)
Los pasteles son compuestos hechos por el hombre que intentan emular el dulzor de la naturaleza de formas burdas.
¡seamos burdos!
¡comamos pasteles!
te llevaré un pastel a la voilé, receta de M que tiene sus maravillas cosmpolitas.
dear, con o sin pasteles los cumpleaños serán una fiesta para ti, lluvia de ciudad.
Noemí, las otras formas no burdas, están en los intersticios, y a veces salen a la luz, y bueno como a mí, esos cimpuestos me causan curiosidad, les busco las sustancias.
Nunca está demás.
*
Quiero un pastel de limón, fragante y decorado con la figura de Emily, strange body.
(Reminiscencia de trapecio rojo)
Sebastián, ya sabes, ya sabes...
*
En verdad, esos pasteles abandonados flotan en el tiempo.
No tengo tartas de limón ni a Emily pero te mando algo que bien pudiera ser la mezcla de tu tarta y de tu trapecio:
http://ende.cc/bk2/images/enigma.jpg
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