Acumulación de hipersubjetividades traducidas en reacciones: me refiero a las antipatías.
Si me envían saludos cordiales, se instala en mí el chip de la antipatía.
Si me tratan de usted, también. Aunque admito que algunos lo usan con cierta elegancia y porque sin duda así trazan en el imaginario bloguero, una distancia, una manera de poner unos metros virtuales entre el que usa el usted y el visitante.
Si me envían saludos cordiales, se instala en mí el chip de la antipatía.
Si me tratan de usted, también. Aunque admito que algunos lo usan con cierta elegancia y porque sin duda así trazan en el imaginario bloguero, una distancia, una manera de poner unos metros virtuales entre el que usa el usted y el visitante.
Se comprende que hablo de antipatías virtuales.
Algo que yo misma he hecho intencionalmente mas no por esconderme si no por usar el nick sin link cuando en un blog abordaba un post de cierre, fue dejarlo en negritas. Como trazé ciertas discrepancias aunque sin pisca de agresividad, preferí firmar como la vida soñada de los ángeles. En este caso no ponía mi nick porque si en el blog, quien lo escribía se estaba despidiendo, yo carecía de la predisposición para debatir dejando mi nick, porque lo hubiera sentido como si buscara publicitarme a través de los comentarios. Impulsos míos. Estoy entre la gente que no va a los blogs para convocarlos expresamente a que vayan al mío. Subrayo que se trataba del post de despedida/cierre del blog.
Detalles. (Son relevantes, lo creo)
Los elogios desmesurados generan en mí, cierta aprehensión.
Volviendo a lo de presentarse con el nick sin el enlace, cuando eso sucede aquí, me da una punzada tristona que naturalemente olvido a los minutos, porque hace tiempo asimilé que es una pérdida de energía, apenarse por los gestos de los otros, a quienes
a distancia percibes en sus otredades, mas no conoces y por lo visto no quieren hacerse conocer ante ti.
Misterios o no misterios, no sé.
Son casos raros. A veces identificas en el nombre/nick escrito en negritas a alguien que escribe un blog interesante.
Luego no hay que darle demasiada importancia a ese acto. Y sucede: queda contarlo.
Imagino que Burroughs se reiría mucho en la red y habría escrito una novela cuyo eje fuera la virtualidad en su climax, decandencia y reciclaje constante.
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¿Por qué hablar de antipatías y no de simpatías?
Propiciar escrituras donde la amabilidad sea el sello de identificación da escalofríos. Nótese que uso la sensación de frialdad, descenso de la temperatura, es decir la falta de calidez
descarados demonios ayúdenme
sigo:
recurro a esa sensación porque la excesiva frialdad me sugiere desarraigo. Y hablar de ello, viene a ser un conjuro. Justamente lo necesario para darme cuenta que necesito escribirlo. Que lo escribo.
Sin ser una regurgitación, se siente algo en el estómago. Y zuuuum , pasa.
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Si nunca te contestan a ti que dejaste varios comentarios, ni siquiera en el propio blog donde los dejaste, la señal es evidente: eres non grato para el autor de aquel blog. Piérdete de allí como comentarista, me digo y si el blog es muy interesante, sigo leyéndolo, porque los gestos revanchistas me huelen a animal podrido.
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Hace un tiempo, borré de mis links en otro espacio, un enlace que puse por cortesía, ya que era una forma de agradecer a quien venía constantemente a comentar. Era quien escribía un blog pretendidamente erótiko. No me gustaba (no me gusta) el blog. Lo releía y niet, de mí solo salía un desconcierto.
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Cuando éramos chiquitos, decíamos me cae mal, es un pesado. Hoy continúo en esa postura, sólo que ahora pienso en esa molecular cercanía que nos encuentra íntegros y preparados para concentrarnos allí donde se siente una comunión.
Una manera de volar y en otra ruta, una manera de transitar espacios minados, también.
11 comments:
Me pasó a veces que me elogiaron y creí que se estaban burlando, y no, era que alguien había encontrado en una frase mía más significado del que yo le había dado. Sí, pero si lo hacen sólo por ser amables, eso inquieta. Hace poco leí algo en un libro que me gustó (Donde yo no estaba, de Marcelo Cohen, uf, otra vez con ese libro, dirás, qué le voy a hacer, me inoculó un montón de ideas). Decía que la amabilidad aparentemente inmotivada esconde el deseo de obtener algo de otro. El ejemplo claro es cuando se palmea al perro o se felicita a un chico (son los ejemplos que da Cohen). Lo que querés es que se porten bien, que te obedezcan. A veces, que te quieran.
Por suerte nunca me dijeron "linkeame" obligándome a decir lo obvio: que linkeo a quien me interesa, sin preocuparme por devolver supuestos "favores".
Como otras veces, valoro tu franqueza, Rain.
Vero, hay veces en las que uno se encuentra con un blog que te llama mucho la atención en el mejor de los sentidos. Digamos que asombra y cuando eso sucede, me siento mezquina si no felicito al autor/autora del blog. Claro que eso no es frecuente. Es raro.
Creo que la cuestión radicaría en que la efusividad sea sincera. Además no está en mí ser efusiva con muchos elgios o con una loa desmesurada, por ejemplo :)
Por otra parte creo que las cortesías no deben ser desterradas, ni tienen por qué corresponder a gestos hipócritas. A veces uno siente ser cortante, como en el caso en el que borré aquel link.
En un post pasado viene alguien por primera vez y cuando hago click en su nick que sale en azules letras, me lleva al not profile. Y en fin, ya no es con negritas sino que llega gente que "firma" y no te deriva a ningún lugar.., en fin asimismo resulta irónica esta cuestión de las antipatías, porque de pronto una le cae
pesada
a quien nos gusta cómo escribe, que nunca contestó el comentario que una le dejó ni asomó por el blog. Mas no es una tragedia y también se olvida. Aunque da una idea acerca de la personalidad de aquel/aquella.
Por eso no desestimo las cortesías básicas :)
Dirán que todo eso no importa porque no nos vemos los rostros, y ¿sabes? creo que lo que vemos/percibimos son expresiones de la esencia individual. Eso creo.
Salute, Vero.
¿Sabes que para mí es diferente? Me gusta que comenten en mi blog, y me gusta comentar. Pero es un pulso, un impulso. Igual que escribo en mi blog, cuando de verdad lo siento y me sale de dentro, lo hago en el de los demás. Muchas veces me dejan comentarios que son hermosos, no tienen por qué no serlo, pero que no piden una contestación, o yo no siento que tenga que contestar.
Puedo pasearme por los blogs y no dejar un comentario en semanas. Supongo que es esa esencia de la que hablas, que uno está en una sintonía concreta y de pronto algo le agarra por dentro. Cuando eso me pasa escribo, si no no lo hago. Y eso no significa que no me guste lo que leo o que no vuelva con regularidad.
Y obvio, si no contesto a un comentario en mi blog nunca quiere decir que la persona sea non grata.
Es que a mi me cuesta un poco este tipo de comunicación, donde se establecen estas "reglas" y vínculos tan extraños. Me siento atrapada y no lo disfruto... prefiero que fluya, que salga de manera natural, sin obligarme a contestar "por cortesía" porque no me pàrecería sincero.
Por supuesto esta es mi perspectiva y mi forma de verlo, y si algo hay en la blogosfera es pluralidad. Las experiencias individuales pueden ser muy diferentes entre sí, como todo en la vida.
A mi me gusta tu blog y vengo a menudo. No quiero sentirme obligada a escribirte porque eso mutilaría el sentido, la relación intima que se crea entre texto y lector, entre el que escribe y el que lee.
La afectividad. Personas que no se conocen y que se cuentan pedazos de vida, filtrados de la manera que sea. No quiero dejarme arrastrar por "qué decir" o "cuántos comentarios tendré hoy en el último post". Y me pasa!! pero no lo quiero. Ves? al final para mí es una lucha, algo que se tensa y no me deja disfrutar...
Miradas caleidoscópicas para tu post. En la Isla todo sigue fluyendo y tú siempre eres bienvenida.
Ah, Sweet Rain, pues yo veo tu rostro en tus prosas poéticas: exigente y liberal, generoso.
Se me ocurre ahora: prosas bólidas, aceleradas por la musa bebé,
que viven la inminencia torrencial de la palabra.
Saludos de un borde.
Hay muchos blogs donde comento, pero nunca me comentan, cosa que no exijo en absoluto. Y una vez, de casualidad, conocí a alguien de un blog de esos y sin que le preguntara me dijo "sí, voy diario a Exordium, pero nunca sé que comentar, me deja la cabeza en blanco".
Y es curioso, porque así justo es como me dejan muchos blogs que visito. Así, en silencio.
Pero ha de ser como dice Lacan, no recuerdo donde: "El silencio también es una respuesta".
Y sobre los anónimos y similares... máscaras, las mismas que se portan en lo cotidiano. Un anónimo agresivo que no obtiene su respuesta se queda cocinándose en su jugo. Pero por dentro estamos solos, en cualquier hora y lugar, ¿a ése cómo se le engaña? Sí es posible, por supuesto... pero todo cae.
Mejor conciliarse con los demonios propios. Excelentes parejas en los dobles de tenis, guías expertos de nuestras catacumbas, tranceptores procatéxis...
¿No pensaste en la envidia?
hay gente que no comenta porque es envidiosa u opta por el comentario anónimo de la peor especie.
Este universo de blogs trae mucha palabrería y pocos blogs personales se salvan de la burrósfera.
Ser inmisericorde no está mal. Lo deleznable es ser ruin y pasar por crítico.
La envidia es prolífica, crece como
mala yerba en los jardines y barracas virtuales. Amén.
Islabel, claro, sio es 1 comentario, imagino que es como dices, o dos, o 3, sólo que no te imagino guardando silencio con 4 comentario. ¿O sí? no creo...
bueno, en este post que escribí por expresar cuestiones que tenía dentro, y que como ya salieron, bien, ese ha sido un punto de inflexión en la zq.
ah, es que hay proyecciones. Uno quiere disfrutar, tú quieres disfrutar tu isla. y sí, se trata de eso o de proyectar lo que uno quiera en el blog, aunque no sea precisamente "divertido", "alegre" o qué sé yo.
Que encantador, niet, mejor no.
:)
salutes y gracias Islabel.
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Elegante Nicho, si supieras cómo estos días son los más bravos en la cotidianidad. Son dñías de Torneos y ya viene el internacional, así que A me tiene más ocupada que la musa bebé.
Abraxos.
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Hamlet, quiero que por favor te extiendas sobre la procatéxis , ¿sí?
esa palabra es totalmente impredecible
asombrosa
¿futurista? ah, bueno, el futuro es hoy.
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Raúl C.:
También es posible una verdad muy sencilla: no gusta lo que uno escribe y punto.
lo de la envidia, qué adefesié, como diría un amigo emulador/defenestrador del bello idioma francés.
Me extiendo por e-mail, porque detrás de "tranceptores procatexis" hay una historia algo curiosa... larga, tediosa y curiosa, jaja.
De inmediato te lo envío...
La empatía, eso es lo que mayor satisfacción me produce. Que mis palabras lleguen a conmover a alguien, que lo lleven a sentirse identificado conmigo o con el sentimiento que dejé escrito.
Y encontrar para mí, esa empatía en un texto ajeno, es lo que me obligará a volver.
Es por este motivo, que cuando leo un comentario en mi blog en el que percibo esa empatía, esa identificación conmigo y me ofrece su comprensión, me produce cierta tristeza y desasosiego si no enlaza a su blog.
Un saludo Rain.
Yo sí dejo comentarios, cuando s eme ocurre algo o marca tarjeta de ke estuve por ahi, para maniefestar apoyo a los bloggeros amigos, eso...estar cerca, siempre o de tanto en tanto...me parece
Explicación recibida con espectación :) Hamlet.
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Arrebatos, sí, eso es lo que a mí, eso es tambièn lo que cuando me ha sucedido, me ha hecho pensar que una no es indiferente a los movimientos virtuales...en fin, lo que dices ocurre. Luego uno se dice que no hay que preocuparse y se sigue en la ruta, se olvida...
Salute.
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Kurupí, sería óptimo dejar huella en todos los lugares. Por empatías, por gesto cálido, por eso. Sé que así lo haces... Y en la nota de la no complacencia , se señala la discrepancia sin necesidad de ser un troll.
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