flamígeros

apareces con una jarra de agua mineral en la mano por el lado expresionista de la zona en posición sombrada por esa lux que te da en la cara y me miras directamente en la densidad del instante cuando ninguna otra mirada podrá alterar la bruma ni el oculto fluido en estos días entre libros que son música del azar o la invención de la soledad jamás como incertidumbre de siniestro jugador millonario en su caverna antiplatónica volteando como infante transfigurado a la vez que te desdoblas el ojo herido mirando cómo se deshace la hermosa idea y se transforma en restos de una cruzada cual pathos de la inmanencia en el momento en que se cae la cuchara y se rompe el vaso viene la madre de los demonios a echar fuego con alevosía y las escenas de amor se truncan por el sonido de un timbre que resuena en la madrugada sin que nadie ofrezca una ofrenda a los dioses atizadores del caos oooohhh contempla cómo la zona crece y se hace líquida como un río sin fin en el fotograma y renace la idea en rojo de infierno con leopoldo panero que se ha escapado de su cuarto allá en el sanatorio de los ímpios gritando a la horda de los chicos insomnes y a un viejo amor que suena como aquel timbre en la lejanía y stop estate quieto en el pase a otro plano con la risa de una niña en el brusco cambio como en los desfases de los guiones que escribimos para escapar de la falsa revelación oh tú inexactamente tú mira cómo el zoooom de la vida se pierde con esa risa ahora que amanece y las estrellas han desaparecido como nosotros que antes de dormir ya estamos lejos de aquí